Íbamos conduciendo por la autopista en nuestro autobús del equipo de balonmano cuando vimos que salía humo de la parte trasera. Conduje hasta la siguiente salida y me detuve a un lado de la carretera. Abrimos los maleteros y encontramos un montón de cosas que no estaban en la lista, pero no nos dejaron sacarlas. Luego miramos en el asiento trasero y descubrimos que llevábamos mucho tiempo allí sentados, ya que toda nuestra ropa estaba muy sucia. Así que llamamos a nuestros padres y les pedimos que nos compraran ropa nueva, pero nos dijeron que no, que nos íbamos de vacaciones. No podéis compraros nada. Así que llamamos a mis tíos, que tienen un camión”.
Estábamos conduciendo por la autopista cuando vimos humo saliendo de la parte trasera.
Íbamos conduciendo por la autopista cuando vimos que salía humo de la parte trasera.
Nos detuvimos y salimos para comprobarlo, pero cuando abrimos la puerta, empezó a entrar humo. La cerramos inmediatamente para no intoxicarnos con los humos de la goma quemada.
Mientras me miraba las manos, ¡de repente también empezaron a echar humo! El neumático echaba humo. Y luego estalló en llamas.
Conduje hasta la siguiente salida y me detuve a un lado de la carretera.
Abrimos los compartimentos de equipaje y encontramos un montón de cosas que no estaban en la lista, pero no nos permitieron sacarlas.
- Abrimos los maleteros y encontramos muchas cosas que no estaban en la lista, pero no nos dejaron sacarlas.
- Los maleteros estaban llenos, así que tuvimos que sacar algunas cosas de ellos.
- La lista de cosas que se podían sacar era demasiado corta, y tampoco mencionaba algunos objetos que deberían haberse sacado del autobús.
- La lista de cosas que no se podían sacar era demasiado larga y había cosas que no debían estar en ella.
Y luego miramos en el asiento trasero y descubrimos que todos habíamos estado sentados allí durante mucho tiempo, ya que toda nuestra ropa estaba muy sucia.
Entonces miramos en el asiento trasero y descubrimos que todos llevábamos mucho tiempo sentados allí, ya que toda nuestra ropa estaba muy sucia.
Llamamos a nuestros padres para pedirles que nos compraran ropa nueva.
Nuestros padres dijeron que no, que nos íbamos de vacaciones.
El tío tiene un camión
Y entonces descubrimos que nuestra ropa estaba tan sucia que no se podía lavar.
Al mismo tiempo, también descubrimos que nuestra ropa estaba tan sucia que no se podía lavar.
Intentamos lavarlas, pero ya era demasiado tarde: el tejido estaba destrozado.
Era un problema grave, porque el equipo sólo tenía dos juegos de uniformes y no había repuestos en ninguna parte de la ciudad. Tuvimos que comprar ropa nueva para todos los miembros del equipo.
Llamamos a nuestros padres y les pedimos que nos compraran ropa nueva, pero nos dijeron que no, que nos íbamos de vacaciones. No podéis compraros nada”.
Siempre puedes pedir ayuda a tus padres, pero quizá estén demasiado ocupados. Tienen sus propias vidas y no quieren gastar dinero en ti.
También es posible que no quieran preocuparse por tus problemas. Ya eres adulto, así que eres tú quien tiene que resolver sus problemas.
Por último, puede que tus padres estén de vacaciones. No querrán hacer nada que interfiera con su tiempo de descanso y relajación.
Así que llamamos a mis tíos, que tienen un camión.
Cuando estás en un aprieto, siempre es bueno tener un plan alternativo. Así que llamamos a mis tíos, que tienen un camión. Vinieron y nos ayudaron a cambiar las ruedas del autobús. Fue muy amable por su parte ayudarnos así.
Es importante no tener miedo de pedir ayuda cuando la necesitas; ¡no te avergüences de no poder hacerlo todo tú solo! Si no puedes subir las ruedas al autobús tú solo -o incluso si puedes-, no pasa nada por pedir ayuda a otra persona para hacer las cosas. No pasa nada por pedir ayuda a tus padres en tareas sencillas como ésta (y probablemente agradecerán que se lo pidas, así que no se sentirán mal por ayudar). También está bien que se lo pidas a personas que no sean miembros de tu familia inmediata: ¡a tus tíos les encantará que alguien les llame y les pida ayuda!
Cuando tienes un problema así, a veces tienes que pedir ayuda.
Cuando te encuentras en una situación en la que tu coche no arranca o el autobús de tu equipo de balonmano necesita neumáticos nuevos, a veces puede resultar tentador intentar hacerlo todo tú mismo. No tengas miedo de pedir ayuda a los demás. Cuanta más gente participe en el proceso de solucionar tu problema, mejor para todos. No olvides que la familia y los amigos siempre están dispuestos a echarte una mano si te ven en apuros.
Además, siempre hay profesionales, como los mecánicos, que saben hacer las cosas bien a la primera. Así que si no estás seguro de lo que hay que arreglar o de cómo hacerlo tú mismo, considera la posibilidad de llamar a alguien que sepa de motores (o de cualquier otra cosa).
Se trata de un problema que puede ocurrir a cualquiera. No sólo los jugadores de balonmano tienen problemas con sus neumáticos. Y a veces, no siempre puedes resolverlos tú solo: ¡hace falta trabajo en equipo!