Conducir en invierno puede ser lo suficientemente desafiante sin que alguien te diga que conduzcas en reversa, pero eso es exactamente lo que voy a recomendar para situaciones excepcionales en las que conducir hacia adelante con tracción delantera simplemente no es suficiente.
Es cierto que la idea de conducir marcha atrás es un poco rara, pero en circunstancias especiales funciona mejor con un vehículo de tracción delantera que con un vehículo de tracción delantera. Las circunstancias especiales son nieve profunda y cuesta arriba.
Para aquellos de nosotros que vivimos con un camino empinado y largo, puede ser un desafío subir una colina con nieve profunda, incluso con tracción delantera. Ir hacia atrás con un vehículo de tracción delantera puede ayudar a superar la dificultad. Este es el por qué:
- Sus ruedas motrices son más bajas, por lo que la gravedad desplaza más peso sobre ellas para una mejor tracción.
- Tiene que conducir más despacio para mantener el control de la dirección, y eso tiende a promover la tracción en lugar de que las ruedas patinen.
- Las ruedas delanteras del automóvil ahora están sobre nieve compactada (gracias a las ruedas traseras) en lugar de nieve suelta, lo que proporciona una tracción adicional.
- Si siente que va a “centrarse alto” en la nieve profunda, puede detenerse y avanzar (cuesta abajo) porque las ruedas motrices aún no están en la nieve profunda, por lo que tendrán una mejor tracción. Además, el peso del motor y la gravedad están a tu favor.
Por lo tanto, cuando la conducción en invierno le presente un desafío, como subir una pendiente en nieve profunda, puede superarlo yendo hacia atrás con su vehículo de tracción delantera.
No intente esto, excepto en situaciones en las que su ruta de viaje sea relativamente recta, no haya tráfico con el que lidiar y no haya una zanja o terraplén cerca que presente un peligro si se desvía un poco mientras intenta conducir en una dirección a la que no esté acostumbrado.